Es la forma más maravillosa y reconfortante de cazar, aqui se agudizan todos los sentidos, surge con mayor intensidad la inteligencia, la capacidad, la astucia, la sagacidad, la adaptabilidad y el amor por la naturaleza y por el medio ambiente, se desarrolla la ética, la moral y los principios de un verdadero cazador con muchos valores y mucha honorabilidad, esto estimados compañeros es el legado de mi Padre que en sus enseñanzas hacia mi, dictaba como maestro los cánones y principios elementales del equilibrio entre presa y cazador, cero ventajas, cero atropellos, cero tropelías, cazar en buena lid es la gran satisfacción y la plena dicha de sentirse realizado, el orgullo de cumplir a cabalidad las normas y los códigos que te dicta tu conciencia. . . . . . . . . . . . . . . . . . . .Todos en mi época y en mi círculo vieron, recuerdan, platican y saben de mi gran destreza y viveza con mi indomable resortera, habilidad innata que pude desarrollar. . . . . . . . . . . Continuara,
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La exquisitez en el campeó.
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El porque abordo esta faceta con mi inseparable resortera, porque fue vital en mi desarrollo como cazador, las ferias y las fiestas patronales de los diferentes Templos traían un sinnúmero de atractivos entre ellos los stand de tiro con rifles amañados de corchos y municiones que hacían las delicias de todos nosotros, ambos ya se habían convertido en mi predilección y pasión, yo soñaba con un rifle de municiones pero la férrea negativa de mi Madre lo frenaba, decepcionado por no cumplir con mi anhelo busque otras alternativas y la resortera paso a formar parte de mi obsesión y de mi vida. No había horqueta de mezquite o de guayabo que se resistiera y pasara a formar parte de mi arsenal, día con día mejoraba hules funda y horquetas las canicas de barro junto con las piedritas redondas de las vías del tren formaban parte del tesoro balístico, Junio y Julio en vacaciones acompañaba a mi Padre a la sierra en busca de nuestros caballos y en el recorrido por las veredas el saltar de venadas y venados algunos retadores que al decir de mi Padre serán buenos trofeos en Diciembre. Que tiempos, épocas y momentos inolvidables de mi vida que se fueron y que no volverán jamás. . . . . . . ..Para la Posteridad.
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Ayy compañero, excelentes recuerdos para éstos momentos obscuros; el “arma” de caza primera que utilizamos y pasó al arsenal de la memoria; al problema de encontrar la horqueta ideal se unía el cuero que debía estar bien cosido a las ligas; cuantos fregadazos nos costó se rompiera o la piedra demasiado grande; era un verdadero logro artesanal su creación y todo para lograr nuestros trofeos de ratas, lagartijas, pájaros … o poner en orden, en nuestra inconciencia infantil, al gandaya.
Saludos y a cuidarse mucho"En un charco de sangre ahí estabas tendida para siempre callada para siempre dormida .... "
Felípe Guerra Castro
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